domingo, 18 de junio de 2017

EL VOLUMEN



Uno de los problemas más habituales que nos plantean en los trabajos de albañilería, consiste en saber cómo calcular el volumen final de los materiales que componen una mezcla, a partir de los materiales que recibimos.

Esta dificultad se puede resolver con el conocimiento previo, y necesario, del volumen real que aporta cada componente a la mezcla a realizar.

Primero, el volumen que observamos de los materiales recibidos se encuentra alterado, pues está “esponjado”, es decir, contiene aire, y por ese motivo lo llamaremos volumen aparente.


¿Qué consecuencias tiene esto en nuestro trabajo?

Sucede que cuando dosificamos un material, como la arena el volumen que ponemos cambia según su estado, esto quiere decir que el volumen aparente cambia según esté más o menos mojada, húmeda o totalmente seca.

Pero la consecuencia más importante de esta propiedad reside en que esto va a cambiar la resistencia de la mezcla, su color, su plasticidad (trabajabilidad), etc.

Para comprender esto vamos a poner un ejemplo:

Si tomamos arena de una pila y llenamos con esta un balde hasta el ras, y luego le agregamos agua hasta saturarlo (inundarlo) observamos que la arena baja y quedan unos pocos centímetros de agua que la cubren. Lo que ha sucedido es que la arena se compactó porque el agua permitió el desplazamiento o salida del aire.


Otra forma de obtener el volumen real de un material granular, como la arena es secándola totalmente, lo cual no es una práctica sencilla para realizar en obra.

Es importante saber, que cuando el proveedor nos trae la arena y se mide el volúmen en la caja del camión, lo que estámos observando es el volumen aparente. Por lo cual lo que se va a descargar, en condiciones normales será arena húmeda, la que podría llegar a tener un esponjamiento del orden del 10%, quiere decir que en la realidad va haber un 10% menos de arena.

El proveedor lo podría utilizar en su beneficio si nosotros oportunamente no procedemos a señalarlo. Si bien forma parte de las condiciones usuales de venta, el hecho de no revisar el volumen aparente que se recibe, generará un perjuicio adicional a la obra.

Podemos generalizar este conocimiento y decir que cuando se trata de material granular como arenas, piedra de río, piedra partida, etc., este problema del esponjamiento se presentará en mayor o menor medida, según la humedad con que llega el material a la obra.

El máximo esponjamiento se registrará cuando la humedad del material sea del 5%. De cualquier modo esto es variable, pues también depende del tamaño del árido, dado que cuanto mayor es el tamaño del grano del árido, menor es el esponjamiento, aunque no el aire ocluído.


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