Uno
de los problemas más habituales que nos plantean en los trabajos de
albañilería, consiste en saber cómo calcular el volumen final de los materiales
que componen una mezcla, a partir de los materiales que recibimos.
Esta
dificultad se puede resolver con el conocimiento previo, y necesario, del
volumen real que aporta cada componente a la mezcla a realizar.
Primero, el volumen que observamos de
los materiales recibidos se encuentra alterado, pues está “esponjado”, es
decir, contiene aire, y por ese motivo lo llamaremos volumen aparente.
¿Qué
consecuencias tiene esto en nuestro trabajo?
Sucede
que cuando dosificamos un material, como la arena el volumen que ponemos cambia
según su estado, esto quiere decir que el volumen aparente cambia según esté
más o menos mojada, húmeda o totalmente seca.
Pero la consecuencia más importante de
esta propiedad reside en que esto va a cambiar la resistencia de la mezcla, su
color, su plasticidad (trabajabilidad), etc.
Para
comprender esto vamos a poner un ejemplo:
Si tomamos arena de una pila y llenamos con esta un balde hasta
el ras, y luego le agregamos agua hasta saturarlo (inundarlo) observamos que la
arena baja y quedan unos pocos centímetros de agua que la cubren. Lo que ha
sucedido es que la arena se compactó porque el agua permitió el desplazamiento
o salida del aire.
Es importante
saber, que cuando el proveedor nos trae la arena y se mide el volúmen en la
caja del camión, lo que estámos observando es el volumen aparente. Por lo cual
lo que se va a descargar, en condiciones normales será arena húmeda, la que podría
llegar a tener un esponjamiento del orden del 10%, quiere decir que en la
realidad va haber un 10% menos de arena.
El
proveedor lo podría utilizar en su beneficio si nosotros oportunamente no
procedemos a señalarlo. Si bien forma parte de las condiciones usuales de
venta, el hecho de no revisar el volumen aparente que se recibe, generará un
perjuicio adicional a la obra.
Podemos
generalizar este conocimiento y decir que cuando se trata de material granular
como arenas, piedra de río, piedra partida, etc., este problema del
esponjamiento se presentará en mayor o menor medida, según la humedad con que
llega el material a la obra.
El máximo esponjamiento se registrará cuando la humedad del
material sea del 5%. De cualquier modo esto es variable, pues también depende
del tamaño del árido, dado que cuanto mayor es el tamaño del grano del árido,
menor es el esponjamiento, aunque no el aire ocluído.
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