En
la obra, es frecuente que un equipo de oficiales de distintas especialidades
comparta la jefatura del trabajo de un Peón, lo cual implica que los oficiales
deban ponerse de acuerdo previamente en cuanto a qué tareas pedirles a los
peones y el tiempo destinado para cada una de ellas.
Si
bien el trabajo del Peón es coordinar con el Oficial Albañil, este último debe
supervisarlo, observando la calidad del material que le suministra, el orden
con que trabaja, el cuidado que presta a las herramientas, la limpieza con que
mantiene las mismas y el lugar de trabajo, el respeto a las normas de
seguridad, así como su actitud y responsabilidad.
Es
una aspiración positiva pretender que el trabajo se realice en base al
compromiso personal de todos. No obstante esto, deberá conciliarse con un
principio de autoridad porque, de todos modos, el Oficial Albañil deberá
responder directamente a las órdenes del “Encargado” y/o “Capataz”. Estos
indicarán periódicamente las grandes líneas de trabajo, las que a su vez
derivan del técnico Director de Obra (Arquitecto ó Ingeniero).
En obras de cierto porte, por su volumen o complejidad, el
técnico suele no estar presente en forma permanente, pudiendo representarlo el “Sobrestante”
quien transmitirá el plan de trabajo
diario aprobado, e indicado previamente por el Director de Obra.
A pesar de
esto, no cambia el orden jerárquico. La responsabilidad técnica es del Director
de Obra. Transmitir el plan de ejecución y el control de los trabajos en la
obra son responsabilidades del Capataz general o del Sobrestante, dado que, en
última instancia, les corresponde a estos tener toda la información necesaria y
debidamente documentada para la ejecución de los trabajos.
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